A Sara no le gusta nada la playa. Hay un jaleo tremendo; los demás niños no paran de gritar y chillar mientras chapotean en el agua. En cambio, a Tula, su perrita, le encanta la playa: se pasa el rato jugueteando con las olas y revolcándose por la arena. Cuando Mamá la convence para bañarse, ocurre algo horrible: ¡una medusa pica a la pobre Sara! Suerte que Tula sabe cómo conseguir que Sara vuelva a meterse en el agua... A menudo a los niños (y a los no tan niños) nos da respeto nadar en el mar. Este libro, con unas evocadoras y tiernas ilustraciones, nos traslada directamente a la playa y, gracias a la infatigable curiosidad y ganas de aventuras de la perrita Tula (y a unas gafas de buceo) nos descubre las maravillas de las que podemos disfrutar en el fondo submarino si nos atrevemos a dejar nuestros miedos en la orilla.