Es esta una novela bizantina llena de afanes y peripecias de la Fortuna, llena de las penas y las delicias de Eros, el dulce y amargo Amor.
Calímaco y Crisórroe es un atractivo y misterioso ejemplo de este tipo de narración, que su traductor, Carlos García Gual, pone en contexto en el esclarecedor ensayo que sirve de colofón a este relato en el que un dragón torturador, un castillo de oro, una mágica manzana de vida y muerte, una astuta hechicera, tres pér dos eunucos, un poderoso rey, una perseverante heroína y un héroe enamorado se mueven bajo el manejo de dos viejos dioses paganos.