El príncipe valiente, disfrazado de Cid el Juglar, es capaz de engañar a un señor feudal que mantiene prisionero a su amigo Sir Gawain, pero la tragedia espera a la vuelta a Camelot. Una rica tonta entre Val y Aleta desemboca en una acción que hoy se nos antoja aseguradora. Y este acto acaba convirtieron en un terrible detonante que va a afectar no sólo al matrimonio protagonista, sino a la cordura de nuestro príncipe. Nuevamente, Val tiene un ramalazo berserk que da miedo y a punto está de acabar con su vida. Es el pago a su terrible pecado, y su salud depende del perdón de Aleta.