En el capítulo 30 de la primera novela de Jorge Molinero, "Toda la muerte para dormir", el autor recrea el bombardeo de Mudraiga, en el que aviones del ejército marroquí masacraron a miles de civiles indefensos. En una de las escenas, una joven enfermera española llora desconsolada sobre el cadáver de su marido, un médico saharaui que había decidido unirse a la revolución iniciada por el Frente Polisario. Un año después de haber escrito aquel pasaje, el autor presentaba su novela en Barcelona y, al terminar el acto, observó a una señora de edad provecta que avanzaba hacia él apoyada en un bastón. Era ella, la enfermera del desierto. Y así comienza la introducción de la presente novela, donde el autor nos describe cómo conoció a la persona que él había convertido en personaje.