Vibrante, luminosa y valiente, María Vera se reinventa y se muestra por dentro en estas páginas que abogan por un ser íntegro y complejo, por la belleza del camino y lo necesario de los momentos, buenos y malos, que nos construyen.
«He decidido ser mi doble de acción
y protagonizar las escenas emocionantes de mi vida
y no ser casi siempre esa niña asustada que camina
evitando los abismos, la oscuridad y el amor.
Ya no me da miedo la intermitencia del hilo rojo.»
Cuenta la leyenda que todos tenemos atado a nuestro dedo un finísimo hilo en cuyo extremo opuesto se encuentra aquella persona con la que estamos destinados a encontrarnos. Pero lo que nadie sabe es que existe un segundo hilo, mucho más importante, que nos conecta con nuestros yoes del pasado y nuestros yoes del futuro; un precioso arsenal de muñecas rusas.