La pandemia Covid1-19 interroga profundamente a las ciencias sociales y en particular a la Antropología Social. La naturaleza misma de la pandemia, el contagio, ha suspendido en primera instancia las relaciones sociales tal como las concebimos, y en segundo lugar ha obligado al aislamiento físico. Las bases mismas de la vida en común han sido cuestionadas. La agitada vida surgida de la mundialización con sus transportes híper-rápidos, sus no lugares, y su neonomadismo, finalizó abruptamente. El sentido de catástrofe comenzó a ser vivido en el hogar. Al borde de la catástrofe volvíamos a la lógica del caracol, a hibernar bajo la capa protectora del hogar. Con una diferencia respecto a otras épocas: la realidad virtualizada. Las redes aspiraban a mantener el orden sin caer en la entropía social. En mitad de la pandemia, acuciado por estas cuestiones, fue convocado un seminario internacional en una sala virtual de la Universidad de Granada. Varios hechos se imponían a nuestra observación: algunos políticos, sobre todo en América Latina; otros sociales, en Italia y Francia donde se percibía la fractura social, sobre todo el tamaño y acondicionamiento de las viviendas familiares donde vivir aislados; otros generacionales para los jóvenes. La culpa y el sentido de la culpa volvían a campar por sus respetos en el debate público. Los primeros en salir en defensa del fin apocalíptico del capitalismo fueron los ideólogos y críticos con el sistema surgido de la globalización. Todo volvía a ser lento e incierto, mientras se iba produciendo lentamente una migración de las grandes ciudades a los espacios rurales, buscando como en las grandes epidemias, la salubridad del aire. Otra, la de la tercera edad, se veía abruptamente en el umbral de su fin. En definitiva, una cantidad inmensa de problemas y desafíos se ponían encima de la mesa del investigador.
Este libro coordinado por María Jesús Buxó, de la Universidad de Barcelona, y José Antonio González Alcantud, de la de Granada, contiene estudios de Rogelio Altez, de la U. de Caracas, de Yolanda Aixelá y Cristina Larrea, del CSIC y U. de Barcelona, Luis Calvo, del CSIC, de Davyyd Greenwood, de la Cornell University, de Caterina Pasqualino, del CNRS, de Antonio Pérez, de Rafael Pérez-Taylor, de la UNAM, de Ricardo Sanmartín, de la U. Complutense, y de Martine Segalen, de la U. de Nanterre, además de los coordinadores.