Para nuestro protagonista, es el «caminar del pueblo hacia la liberación», todo el proceso de las comunidades eclesiales de base, de las luchas políticas. «Caminar con», no liderar, ni protagonizar, ni sustituir. El protagonismoen su liberación le corresponde al pueblo. Pedro lo tenía muy claro. Por eso se presentó siempre como compañero, acompañante. El autor nos muestra de qué manera el padre Casaldáliga puso en práctica en su sentido literal y de manera ejemplar el verso del poeta cubano José Martí «con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar». Y lo hizo con toda radicalidad y en todas las dimensiones de su vida: como persona creyente auténtica, obispo al servicio del pueblo, activistasocial, teólogo de la liberación, místico con los pies en la tierra, poeta y profeta que denunció las injusticias y anunció la utopía de la liberación.