La polémica Constant-Kant se inicia cuando Kant replicó directamente a una observación crítica formulada por Constant en Des Réactions Politiques. ¿Decir la verdad es un deber incondicional? ¿Cabe un derecho a mentir? Frente a la tesis del imperativo moral universal de decir verdad defendida por Kant, Constant propone situaciones concretas en las que decir la verdad puede llevar al mal. En este sentido, Albiac nos expone en su estudio las consecuencias que tendrá el totalitarismo y el terror que desatará la verdad en el mundo de las ideologías holistas.
Por su parte, Eloy García analiza la evolución del concepto de verdad desde su significado absoluto como verdad religiosa hasta su redefinición durante los siglos XVII y XVIII por Locke y Condorcet, entorno a una cierta idea de racionalidad social. Este recorrido concluye en la actualidad postdemocrática con la verdad simulativa (Blühdorn), definida como un artificio de la técnica al que la fantasía transmuta en una hiperrealidad virtual que nos impide vislumbrar lo que realmente sucede, por mucho que siga sucediendo. Un mundo presentido por Walter Benjamin en el que lo virtual domina a lo real sin que el hombre parezca tener conciencia de lo que está ocurriendo, ni disponga de suficiente capacidad activa para enmendarlo.