«Joana (2002) es el libro en el que Joan Margarit dejó testimonio de los últimos días de la vida y de la muerte de su hija Joana en el año 2001 […]. La grave discapacidad con la que nació y su dependencia durante años de la madre y el padre supuso una experiencia decisiva capaz de transformar los sentimientos y las razones del existir. Esta experiencia poco a poco fue marcando los pasos de un amor, una convivencia, una complicidad y una obra poética. Una realidad tan contundente y tan de raíz vivida con honestidad no puede ser abordada con retórica, ni con estrategias edulcorantes, ni con halagos falsificadores, ni con excesos llamativos. Solo puede verbalizarse o formalizarse con una apuesta íntima por la verdad. Sobran los experimentos y las voces huecas. La poesía es el lugar sagrado donde este poeta laico ha decidido no aceptar la mentira, no engañarse, no camuflarse entre engaños a la hora de mirar al presente, recordar lo pasado o hacerse ilusiones de futuro. Y no se trata de creerse en posesión de una Verdad escrita con mayúsculas, sino de comprometerse a no mentir. No hay dogmatismo, sino lealtad ética con las vigas de la propia identidad».