Alrededor del cuello, en las orejas, en la muñeca o en el dedo, en una manga o en el pecho, la joya puede apropiarse de cualquier parte del cuerpo o del vestido. Y cuando el artista la crea, introduce su arte en la esfera más personal de su obra. Cuando Picasso estampa sus medallones de terracota y se los regala a las personas de su entorno, penetra en sus vidas con su vocabulario mediterráneo.