Sangre y leche fueron símbolos omnipresentes en los territorios de la «Monarquía Católica», en España y su Imperio colonial. Situados a medio camino entre la naturaleza y la cultura, a lo largo de las edades Media y Moderna, la sangre y la leche tejieron una poderosa analogía entre la reproducción fisiológica y la reproducción cultural. Como exploran los artículos de este libro, estos símbolos desempeñaron un papel determinante en los procesos de ordenación, jerarquización, y por supuesto también, de exclusión social dentro de la monarquía. Partiendo de perspectivas tan diversas como la religiosa, la social, la jurídica o la antropológica, los autores de este libro analizan esta privilegiada encrucijada simbólica para interrogarse sobre el origen y desarrollo del discurso de la «raza» en la España altomoderna.