«La casa de Laura es tal como ella se la imaginó de chica. Tiene lo necesario. Nada de más, nada de menos. Sentada en el sillón, con el living casi a oscuras, se pregunta qué le incomoda en ese momento, si ese más o ese menos. Y se asombra con la duda. Porque siempre le tuvo miedo a la falta, no a la sobra. Está todo lo que se necesita para llevar una vida cómoda y sin sorpresas. Pero no está ella. Tal vez porque ella es la exageración, lo que está de más en ese lugar. Lo que sobra desde hace un tiempo».