Nerón (37 - 68) fue el último de los emperadores de la dinastía Julio-Claudia. En esta obra, Suetonio describe con toda clase de detalles su vida privada y su particular forma de ejercer el poder.
Durante los largos años de su imperio, Nerón consagró grandes esfuerzos a las artes, tanto en la esfera pública –no escatimó esfuerzos ni recursos para la creación de teatros y organización de festivales– como a nivel personal, pues le obsesionaba que las musas hicieran de él un gran poeta y un músico todavía mejor.
Recibió también los consejos de Séneca, por lo que contó además con el favor de la filosofía más excelsa y comedida. Todo ello hace dudar de que la educación humanística provea necesariamente de buenos gobernantes, pues si algo se recuerda hoy de Nerón es su infinita crueldad.
La biografía de Nerón desteje el misterioso hilo que une la belleza con el mal, se exprese este en forma de asesinato o de piromanía.