Myriam se ve obligada a elegir el ataúd de su abuelo, que acaba de morir y al que se sentía muy unida. Este hecho, junto a la disfuncionalidad de sus vínculos familiares, la dependencia emocional de una relación marcadamente sexual y el cuestionamiento de su propia vocación, sume a la protagonista en una intensa crisis personal de la que tratará de salir mediante la propuesta que le hace su mejor amiga.
Dos ciudades, San Sebastián y Granada, son los escenarios en los que se desarrolla esta novela, en la que la crudeza, el simbolismo y la belleza se entremezclan en el camino de la protagonista hacia su anhelada reconstrucción.