Juan J. Vicedo se ha metido en el alma del personaje y nos narra lo que ha visto desde ese lugar privilegiado, como el contador de historias que es, olvidándose del tono habitual de los libros musicales, pero acarreando consigo toda la minuciosa información que hace imprescindibles a algunos de ellos. Una labor que es mitad periodismo, mitad literatura, para hacer creíble y cercano todo aquello que nos va contando.