Es la noche más embarazosa de mi vida. No solo me he chocado, literalmente, con el hombre más guapo que he visto nunca en el vestíbulo de un hotel, sino que los bollos de nata montada que llevaba (no se admiten preguntas) han acabado aplastados contra mi cuerpo.
Cuando por fin consigo cambiarme de ropa, ese mismo tipo —el hombre más sexy de la historia— hace una puja por veinticinco mil libras en una subasta benéfica… ¡para obtener una cita conmigo!
Mi vida debe de estar mejorando, ¿verdad? Después de todo, un tío guapísimo acaba de ofrecer una suma increíble de dinero para cenar en mi compañía. Pero acto seguido le veo sentarse al lado de mi padre, y sé que no está interesado en mí, sino en hacer negocios con él.
Sin embargo, estoy decidida a conseguir que la situación funcione. Si realmente quiere impresionar a mi padre, ese apuesto desconocido puede casarse conmigo… durante tres meses. Es todo lo que necesito para tener acceso a mi fondo fiduciario y poder dedicar el dinero a la fundación benéfica que presido. Tristan conseguirá lo que quiere de mi padre, y mi padre dejará de agobiarme con el tema del matrimonio. Todos ganamos. Tampoco será demasiado tiempo: hasta entonces, solo tengo que ignorar esos músculos, duros como piedras, que sentí cuando me tropecé con él; esa mirada, que me dice que será tan delicioso como parece, y esa química que chisporrotea entre nosotros siempre que estamos juntos.