Volver al "Valle de los Caídos" hoy en día es asistir a un meticuloso despoblamiento de la memoria. Su presencia, vacía de los signos que antaño la poblaron, sirve como punto de partida para llevar a cabo una interrogación de los procesos simbólicos que caracterizaron la transición española, sus estrategias de olvido y sus nuevas retóricas de identidad.
A través de un itinerario interdisciplinar en el que conviven análisis de textos filosóficos, fílmicos, literarios y políticos, se trata una hipótesis de lectura del período en la que las líneas de demarcación entre lo estético y lo político se difuminan. Ambas esferas dialogan y se nutren mutuamente en el análisis de la construcción de un nuevo repertorio simbólico erigido sobre una doble "pérdida": No sólo la del franquismo sino también la del proyecto moderno que aspiraba a reemplazarlo. El nuevo esquema de identidad nacional se funda en ese doble proceso melancólico. El imaginario político cultivado durante años por la oposición al régimen se revela repentinamente anacrónico, enfrentado a un paradigma inesperado, una posmodernidad demasiado nueva, apenas entrevista.