Aceptar la lectura de este libro es querer recorrer un camino, el camino de quien lo está leyendo. Será protagonista y es posible que se sorprenda pensando en aquello en lo que, quizá, nunca pensó. Nuestra mente jamás dejará de sorprendernos. Ese es el juego de la vida. Somos lo que hemos hecho, lo que hemos dicho y escuchado, pero también lo que hemos callado. Si además lo hemos reflexionado, nos hemos hecho.
Somos memoria.
¿Te has preguntado cuáles serían tus pensamientos si perdieses todos los sentidos menos uno, si solo oyeras? ¿Qué sentirías? ¿Sentirías?
Tú, solo tú ante ti, eres el protagonista en esta novela. Suprime el nombre que en ella aparece, sustitúyelo por el tuyo. Te sorprenderás hablando contigo mismo sin que nadie te oiga, ¿o sí?
Ahora o después, a través de la niebla.