El protagonista de Sacristanes y Proxenetas, profesosr de filosofía en Murcia, recibe una carta en la que una alumna le pide que acuda a un bar para explicarle un problema que la llena de angustia. Sin embargo, la chica no acude a la cita. Al día siguiente, el profesor lee en la prensa que su alumna ha aparecido muerta. La policía habla de suicidio, pero alguien parece haber visto algo que apunta a hipótesis menos amables. A partir de ese momento, el protagonista se verá arrastrado por una trama oscura, que huele a sangre inocente, a sotana sucia y a intereses bastardos, y de la que nadie logrará salir indemne.
Sacristanes y Proxenetas pertenece, o quizás inagura, un género que podríamos denominar "Novela Negra Huertana". El jurado del Premio Vergas Llosa de Novela 1997, ha destacado la calidad literaria de esta obra, así como el sentido del humor y el desparpajo con el que se describen los rincones más turbios de una pequeña ciudad a la que tambíen alcanzan las tormentas éticas del siglo.