El dasafío del próximo milenio será convivir solidariamente en una sociedad global, multirracial, pluriétnica y mestiza. Los adolescentes y jóvenes de hoy serán los protagonistas del siglo XXI, siendo necesario educarles en los valores democráticos, los Derechos Humanos, la Democracia y la Paz, como insistentemente nos lo exige la UNESCO. En la II Cumbre Iberoamericana de Madrid (1992) se proclamaba que "el futuro de la Comunidad Iberoamericana tiene en sus niños y jóvenes un patrimonio de incalculable valor", recordando que "ni el racismo ni la xenofobia, que condenamos sin paliativos, pueden tener cabida en nuestro comportamiento y actitudes". A nuestra patria común iberoamericana puede aplicar ese sugestivo mensaje axiológico de la Declaración del Comité Español en el Año Europeo contra el Racismo (1997): "La riqueza de España y de Europa, desde hace siglos, se nutre fundamentalmente de la diversidad de sus tradiciones, culturas, etnias, lenguas y religiones", siendo necesarios los principios de tolerancia y solidaridad para la convivencia democrática.
Miles de adolescentes y jóvenes, 43.816 escolares pertenecientes a 21 paises iberoamericanos, incluyendo Portugal y España, nos muestran sus actitudes, con frecuencia solidarias, a veces prejuiciosas y racistas, ante otros pueblos culturas.