La cultura organizacional tuvo su auge como vertiente de estudio en los años 80, dado el interés generalizado por el éxito de las grandes corporaciones japonesas en la época. La cultura se contempla, desde entonces como un fenómeno exportables entre países y sus organizaciones, además de como una variable que debe ser controlada desde la dirección (Ouchi, Schein, Peters y Waterman, entre otros). Posteriormente, a finales de los 90 y primeros 2000 aumenta la tendencia a las fusiones entre multinacionales de los cinco continentes. Esta cuestión fomenta el interés por las cuestiones culturales, dada la importancia de interpretar la cultura nacional de la entidad con la que tu compañía inicia un proceso de fusión. ¿Puede ser una dificultad añadida que nuestros nuevos jefes sean de otra nacionalidad? Sin duda, lo es.
Sin embargo, han sido escasas las aproximaciones que se han dado a la cultura organizacional española y esta cuestión llama precisamente a una revisión concienzuda del fenómeno en formato monográfico. ¿Cuales son los rasgos distintivos de nuestras organizaciones? ¿Cómo son percibidas desde el exterior? Precisamente algunas de las aproximaciones en la literatura proceden de latinoamerica, como lógica respuesta a la expansión de entidades como el Banco de Santander o Inditex por su geografía.
Para tal fin, este trabajo se apoya en las dimensiones culturales del Proyecto Globe, un ambicioso panel que compara culturas organizacionales en más de 70 países. Se consideran también clásicos esenciales en la disciplina, como los trabajos de Hofstede desde los 80 y Schwartz desde los 90. Además, se referencian estudios de caso organizacionales en los que la cultura española está presente de una forma u otra (empresas españolas o multinacionales con presencia en España).