Sin duda la contratación laboral ocupa la centralidad de la reciente reforma laboral de final de 2021, por tal motivo dedicamos el presente trabajo al estudio de esta materia. Históricamente, la temporalidad ha sido un problema estructural del mercado laboral español por lo que durante décadas las distintas reformas laborales han tratado de reducir el porcentaje de contratos de duración determinada en aras a promover la regla general del contrato indefinido. En la reforma regulada por el RDL 32/2021, nuevamente se ha apostado por limitar el uso de los contratos de duración determinada y simultáneamente eliminar el contrato por obra y servicio, a la vez que se amplía el ámbito aplicativo del contrato fijo discontinuo para intentar encauzar a través de esta figura, el empleo que antes era temporal. Asimismo, la reforma incorpora un nuevo ajuste de la regulación de los contratos formativos, los viejos contratos de aprendizaje y prácticas pasan ahora a unificarse en un solo contrato laboral formativo que se expresa a través de dos manifestaciones distintas, de alternancia y de prácticas. Desgranar el alcance práctico de todas estas cuestiones constituye el propósito principal de este trabajo.