Esta obra plantea cómo la publicidad ha llenado su alma de valores y hábitos de conducta beneficiosos para la sociedad, valores que traspasan los productos y que convierten a la ética en el centro de sus operaciones. Además, se dan a conocer las herramientas que la publicidad ha utilizado y utiliza para poder conseguir la denominada «autorregulación publicitaria», compuesta por normas éticas adaptadas a cada sector comercial y de organismos que ayudan a las empresas a cumplirlos velando por la seguridad de los consumidores. Estos mecanismos, así como los resultados que se ofrecen, forman parte de la responsabilidad social corporativa, que también se trata en estas páginas. Pero este libro cuenta más cosas incorporando experiencias, opiniones, percepciones y sentimientos de los propios profesionales de la publicidad, que son los que dan luz a los anuncios que vemos en televisión, radio, prensa, Internet, etc. También los que dan forma a esas ideas y a esos valores que dotan a los productos de alma, y que convierten la publicidad en una herramienta social. Por otro lado, son los que luchan porque su profesión sea respetada, pero también por respetar a los consumidores. Finalmente, en el libro también se trata sobre cómo todos estos conceptos sociales se pueden insertar en los programas educativos de Educación Secundaria Obligatoria y en los estudios universitarios.
