Victor Hoppe, un investigador de dudosa moral y cierta ceguera emocional, se ve obligado a dejar la universidad. Después de haber estado ausente durante dos décadas, regresa a su pueblo natal, Wolfheim, una pequeña urbe en la frontera de Holanda, Bélgica y Alemania. La estrechez de miras de los lugareños les lleva a reaccionar con recelo. Sobre todo cuando comprueban que al misterioso y huraño doctor le acompañan unos trillizos afectados por cierta anomalía. Sus arcangélicos nombres son Gabriel, Miguel y Rafael. Tras lograr unas curaciones milagrosas, la popularidad del doctor mejora en el pueblo, pero el hecho de que apenas se vea a los trillizos levanta todo tipo de rumores y chismes que corren de boca en boca. Se sospecha que están gravemente enfermos, lo que llevará al doctor a tomar una drástica decisión, marcada por su pasado, sus traumas y taras infantiles, y su particular educación religiosa que le ha aportado una peculiar visión moral de lo que es bueno y malo, de lo divino y lo demoníaco.
¿Puede un hombre llegar a creerse Dios? ¿Quiénes son los trillizos? ¿Qué relación tienen con Victor Hoppe? Con una prosa ágil y sutil, Stefan Brijs aborda en El hacedor de ángeles un tema tan delicado y de tanta actualidad como el de los riesgos de la manipulación genética. Lo cual no le impide tratarlo con ironía y fino humor. A través de los ojos de un narrador omnisciente y de los variopintos personajes que van surcando el texto, Brijs compone un argumento intrincado en el que los paralelismos y los equívocos, principalmente religiosos, son continuos. Una novela inteligente y de suspense, con una profunda carga de crítica social, sobre la particular y universal habilidad humana para andar por el difícil filo entre la fantasía y la realidad, la sensatez y el disparate, la religión y la ciencia.