Conocemos al Ernesto Castro filósofo y lo admiramos. En este libro asistimos al raro espectáculo del Ernesto Castro poeta y no podemos sino amarlo. Una búsqueda sin fin por los barrocos, los románticos, las vanguardias, la oralidad, rumbo a nuevas maneras de decir y sentir. ¿«Todo hombre es / un sol envenenado»? Sí, pero el viento tiene un lametón, soñar es una gran idea y abril está «recién fregao». Belleza.
Berta García Faet
Los poemas con un bloque blanco encima, ahogados, apretados por la página en blanco, que se vuelve toda una fiesta hacia el final del libro. Una fiesta a la que vine y me quedé. Una fiesta en la que la palabra de Ernesto vence y se escabulle en el silencio.
Paula Ilabaca
Quien nos reúne aquí tiene experiencia en alegrías y fangos, por no decir una visión plena, obra y un sentido de la exposición apto para muy pocos. Lo importante: los poetas, amigxs, a veces escriben libros de poemas. ¡A veces!
del prólogo de Álvaro Guijarro