He visto cada delicioso milímetro del cuerpo de Violet Eaton, pero ella no tenía ni idea de quién era yo.
Hasta ahora.
Lo que ocurrió entre nosotros online, en los chats, se suponía que era anónimo y que debía permanecer en el pasado.
Hasta que dejó de hacerlo.
Este es un mundo muy pequeño, y el pueblo de Ruby Creek lo es aún más. Cuando me he mudado aquí y nos hemos visto obligados a vivir bajo el mismo techo, mi máscara de hombre duro se ha venido abajo sin remedio.
Con cada rubor de sus mejillas, en cada ocasión en que sus ojos brillan con calidez, cada vez que me suplica que no pare, el muro de hielo que he levantado a mi alrededor se derrite un poco más. Ella me hace desear cosas que no pueden ser. Cosas con las que sueño desde que la vi por primera vez hace dos años. Cosas que no merezco.
Pero las heridas de mi pasado tienen el poder de destruirnos a los dos. Como exsoldado, debería tener la disciplina necesaria para alejarme, pero cuanto más me abro a Violet, más quiero permanecer a su lado.
Regresé de la guerra como un hombre diferente, pero mis cicatrices eran muy anteriores, y más profundas de lo que nadie podría imaginar. Planeaba que todo siguiera igual y mantener ocultos mis secretos.
Hasta que apareció ella…