¿Alguna vez te has parado a observar lo extraordinario que puede ser todo lo ordinario? En este libro, Isabel Ferrando te reta a hacer precisamente eso. A través de sus historias y reflexiones, llenas de ironía y un toque de humor ácido, te sumerge en su mundo, mostrándote que no siempre es necesario buscar fuera para encontrar lo que realmente importa. Ya sea en una charla con amigos, en un día de trabajo o simplemente observando lo que ocurre a tu alrededor, en todo se esconden lecciones y momentos que merece la pena valorar de una manera muy especial. Y aunque Dios no es el protagonista explícito de estas páginas, su esencia se siente en cada línea. Este libro te quiere hacer pensar, sí. Pero también reír, cuestionar y, sobre todo, a apreciar la belleza de cada día.