Cartas a Nensi narra el estirón definitivo de una pequeña bicha verde a quien se le quedan pesqueras todas las mallas de lycra en el extrarradio madrileño de los años 90. Huérfana de madre y con un padre siempre ausente, la protagonista de esta historia intenta sacudirse el miedo, ser vista y lograrse a sí misma en un universo de grafitis como preguntas sin respuesta, horizontes de aluminio que prometen diamantes al atardecer, gachas de harina de almortas, abuelas manchegas que plantan folclóricas en macetas, amistades de agua oxigenada -curan tanto como pican- y estribillos de Rosendo.