En verano de 1940, los nazis lanzaron una serie de ataques aéreos a gran escala sobre Reino Unido, sometiéndolo a bombardeos y enfrentándose con los pilotos de la RAF que, pese a su inferioridad numérica, lucharon valientemente contra ellos.
Ciudades como Londres padecieron los ataques de la Luftwaffe y las temibles bombas volantes que caían desde el cielo. Pero la que fue la mayor campaña aérea de la historia, se convirtió también en la primera gran derrota que sufrirían los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.