Martino es el hijo más joven y menos querido de una familia.
Al ser albino, se le considera el causante de toda suerte adversa,
hasta el punto de que un día su padre lo repudia. Tras huir de
casa, Martino no sólo tendrá que aprender a aceptar su
diversidad, sino sobre todo comprender que no es la palidez de
su piel o el color de su pelo lo que le hace sentirse tan solo y
equivocado. Irene Marchesini y Carlotta Dicataldo crean un
mundo rico y detallado, maravillosamente verosímil y, por
tanto, aún más aterrador, en el que los marginados se protegen
entre sí, en el que uno se vuelve loco si se le da tiempo a una
larva para que se convierta en insecto y aprenda a volar, y en el
que comprender la propia identidad real hace latir de vida el
corazón.