Este libro sigue con detalle el recorrido en las letras españolas del fenómeno estético y político etiquetado como «realismo social». Unos vagos fenómenos iniciales de disidencia de la dictadura en las letras se concretaron en una literatura de denuncia
que conoció tanto el airado acoso, primero, desde posturas conservadoras como, sin mucho tardar, el implacable derribo desde la propia izquierda. En este proceso general, iniciado a mediados de los años cincuenta y culminado a lo largo del decenio
siguiente, se consumó un radical descrédito de la escritura comprometida y militante.
El autor realiza una lectura transversal de toda la literatura de posguerra en la que los escritores se implicaron, de buena gana u obligados por las circunstancias, en el debate acerca de cómo contar la realidad y de qué efectos utilitarios podían o debían tener las letras y el arte. Así, en este libro contemplamos, a la manera de un largometraje, las complejas relaciones entre literatura y política en un periodo en que ambas estuvieron sometidas a la dictadura.
Cumplido el ciclo histórico del realismo social español volcado en la denuncia del franquismo, el punto de no retorno del movimiento se ha rejuvenecido ante las circunstancias de pobreza y marginación posteriores. Una joven generación de nuevos
escritores treintañeros se ha planteado la escritura en términos intelectuales, morales e ideológicos semejantes a los que movieron al sector más militante y político del medio siglo.