Las empresas han tomado conciencia de que la comunicación no es un mero intangible y que debe estar, al menos, en el mismo nivel de importancia que sus números, su contabilidad. Las áreas de comunicación y sus profesionales son, hoy, estratégicas en el seno de toda empresa. La competencia, el accionariado, los públicos relevantes, la globalización o las tendencias ESG, han convertido la comunicación empresarial en una referencia clave dentro de los planes estratégicos de las compañías. Alcanzar esta imprescindibilidad ha ido convirtiendo esta especialidad comunicacional en toda una disciplina, con su teoría, su práctica y su complejidad de manejo.
La comunicación ya no se circunscribe a ámbitos puramente comerciales, sino que lo inunda todo. Por ello, dircoms y consultoras de comunicación tienen un determinado peso en toda organización a la hora de plantear su estrategia, en tanto en cuanto la información es más que nunca poder y las empresas saben muy bien que han de ser ellas quienes controlen sus mensajes.
Más viva que las propias sociedades, la comunicación y, más aún la empresarial, se va moldeando con cada cambio. Por eso merece la pena ver cómo han sido los últimos 50 años de la comunicación al servicio de empresas e instituciones. 50 años dando forma a un oficio del que ninguna compañía que se precie debería prescindir.