Siglo XIX, sur de España. Propiedad, justicia y supervivencia se anudan y contraponen en un drama que describe la ya dura y rústica vida campesina sumada a las deudas, el sentido del bien común y decisiones personales y familiares que desencadenan el hostigamiento del eslabón más débil.
El tío Barret ha perdido la posibilidad de trabajar la huerta que cultivaron sus antepasados. Como muestra de solidaridad, los vecinos tratan de evitar que la parcela sea labrada y así impedir el lucro del terrateniente.
No obstante, la necesidad de Batiste y Teresa, padres de cinco niños, los hace enfrentarse a toda una aldea liderada por Pepeta y Pimentó. La familia campesina es acusada de estar en contra del colectivo por aceptar las inhumanas condiciones del propietario: dos años de carencia para honrar la deuda del terreno que ocupa la huerta.
Una obra para reflexionar sobre las perspectivas humanas de la necesidad, el abuso y los enfrentamientos, donde la muerte es la única ganadora.
Publicada en 1898, esta novela se enmarca en el movimiento literario del naturalismo.