Es el verano de 1992 y Miguel se tiene que conformar con pasar las vacaciones en su pueblo. Le consuela pensar que le acompañan sus mejores amigos, su hermano pequeño y su vecina, y los primos que van a llegar de Barcelona. Pero es el universo de los adultos el que más le intriga. Sus tías, encargadas de cuidar al abuelo moribundo, son, sin saberlo, la entrada a todo un laberinto de secretos. Por ejemplo, los de la señorita Milagros, mujer marcada por un misterioso pasado. Mientras Miguel lucha por entender la separación de sus padres, que se van a convertir en los primeros divorciados de su entorno, descubre que el mundo protegido de la infancia que pronto dejará atrás se acaba para siempre. El pasado de su pueblo, en el que su familia estuvo muy presente, es una herencia con la que tendrá que vivir.