La adaptación a novela gráfica de La trilogía de Nueva York, la aclamada obra maestra de Paul Auster, una interpretación posmoderna del género policiaco en la que el lenguaje es el principal sospechoso.
En 1994, Ciudad de cristal, la primera de las tres historias que forman parte de La trilogía de Nueva York, tuvo una adaptación a novela gráfica que se convirtió de inmediato en un clásico de culto aplaudido por la crítica y el público, y que fue publicada en más de treinta países. Durante años, sus lectores han estado pendientes de que las otras dos últimas partes fueran llevadas al cómic. Por fin, la espera ha terminado.
La trilogía de Nueva York de Paul Auster es literatura posmoderna disfrazada de ficción noir, donde el lenguaje es el principal sospechoso. Como una reinterpretación de la literatura detectivesca y de misterio, cada libro explora diversos temas filosóficos. En Ciudad de cristal, un autor de novelas de detectives investiga un asesinato y acaba descendiendo a la locura. Fantasmas presenta a un detective privado llamado Azul que vigila a un hombre llamado Negro por encargo de un cliente llamado Blanco. Y en La habitación cerrada, otro escritor sufre un bloqueo creativo y espera superarlo resolviendo la misteriosa desaparición de un amigo de la infancia.
Paul Karasik, la mente maestra detrás de las tres adaptaciones, ha dirigido artísticamente los tres libros. Ciudad de cristal está ilustrada por el galardonado historietista David Mazzucchelli; el segundo volumen, Fantasmas, cuenta con ilustraciones de Lorenzo Mattotti, artista conocido por sus colaboraciones para The New Yorker; y La habitación cerrada ha sido ilustrada por el propio Karasik. Estas adaptaciones transforman el sofisticado juego de palabras de Auster al lenguaje de las viñetas, un ejercicio intelectual y accesible a la vez, y una lectura sumamente entretenida.