Cuando experimentamos un dolor repentino, nos llevamos instintivamente las manos a la zona afectada, como si con el simple roce de los dedos pudiéramos curarla. El Reiki nos demuestra que, por sorprendente que parezca, muchas veces es así.
Este libro enseña a sanar, tanto a nosotros como a otras personas, a través de la energía curativa de las manos, y no sólo dolencias puramente físicas sino también desajustes emocionales y espirituales que nos impiden vivir de manera plena: ira, tristeza, apatía, desilusión...