Las hierbas, las flores, toda forma de vida que recubre la tierra, es todavía un mundo por descubrir en gran medida, una faceta que aún permanece oculta a los ojos de los hombres, sobre todo en su aspecto mágico-espiritual. Este desconocimiento es debido a la ignorancia que se suele tener sobre el tema, a una limitación en nuestra sensibilidad y a la carencia de una mente abierta, condiciones que necesitamos para poder adentrarnos en el mundo de lo no tangible, de lo que nos rodea. Las plantas y los árboles tienen alma, están habitados y protegidos por espíritus, seres de la naturaleza. Por lo tanto, al acercarnos a ellas o al recolectarlas, debemos hablarles y pedirles permiso, así como a las hadas y duendes que las habitan. Cuando establezcamos una comunicación con las plantas y con los elementos de la naturaleza, estos nos ayudarán siempre que actuemos con sinceridad. El mensaje de las flores es un mensaje de amor y equilibrio que eleva nuestras vibraciones internas a unos estados más sutiles, para conseguir conectarnos con nuestra esencia interna. Cada una de ellas, con su aroma, su color y sus formas, despierta nuestra parte más íntima y profunda, acercándonos a otros mundos y realidades que desconocemos: mundos mágicos de la naturaleza y del universo, para así poder sentir el amor, la energía, y comu7nicarlos a través de una relación íntima y sutil con los reinos físicos y espirituales de la madre naturaleza.