Pese a tratarse de una materia marcadamente transversal, o precisamente por ello, la protección de datos ha ido evolucionando de forma paralela al proceso penal, sin encontrarse, durante mucho tiempo. El incremento de la cooperación policial y judicial, de una parte, y la adopción por el legislativo de nuevas leyes reguladoras de materias que afectan a una y otra realidad, tales como la Ley Orgánica 10/2007, de 8 de octubre, reguladora de la base de datos policial sobre identificadores obtenidos a partir de ADN y la Ley 25/2007, de 18 de octubre, de conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y a las redes públicas de comunicaciones, de otra, han acercado ambas realidades, dando lugar a interesantes reflexiones sobre las incidencias procesales la protección de datos que se recogen en este libro.