Todo ciudadano tiene, por el hecho de vivir en sociedad, una específica obligación de hacer: brindar una mínima seguridad de respeto a la norma jurídica y a los derechos de los demás. Esta obra estudia cómo trata el Estado de Derecho a aquellos delincuentes que no sólo no ofrecen esa mínima seguridad sino que la niegan expresamente, conviertiéndose en focos de peligro que cuestionan las bases del ordenamiento jurídico (Derecho penal del enemigo).
En clave funcionalista, democrática y garantista, se ofrece un detenido estudio sobre los presupuestos científicos y sus antecedentes histórico-filosóficos, los caracteres definitorios de los conceptos enemigo/persona en Derecho, las técnicas de anticipación de la punibilidad así como la aplicación legislativa del Derecho penal del enemigo a formas de criminalidad especialmente peligrosa: terrorismo, criminalidad organizada, delitos de posesión, y modernamente la violencia de género, la seguridad vial o la delincuencia juvenil.
El resultado es una sugerente revisión crítica y un original desarrollo de la categoría dogmática de Derecho penal del enemigo, que desmitifica la concepción usual en torno al concepto y aporta nuevas luces para proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos dentro del marco del Estado de Derecho.