Hablar en público supone para muchas personas uno de sus mayores temores. La falta de preparación y la creencia, sea o no real, de que su futuro profesional depende de como se realice su exposición, implica una situación psicológica y emocionalmente muy estresante.
Aprender a comunicar eficazmente es una habilidad que todos, en mayor o menor medida, podemos aprender y potenciar. Pero la clave esta en controlar el mayor temor que cualquier temor tiene en su vida: La aparición de los síntomas físicos que provoca el nerviosismo como una mayor sudoración, aumento del ritmo cardiaco, tartamudeo, boca seca... ichos síntomas potencian la sensación real de nerviosismo, que, en muchos casos, incapacita al ponente a la hora de desarrollar su exposición como le hubiese gustado.
En la obra se muestra, con un sencillo y directo lenguaje, las técnicas que van a permitir:
Controlar los síntomas físicos derivados de una situación de nerviosismo en menos de diez segundos.
Evitar quedarse en blanco antes y durante la ponencia.
Adquirir la habilidad de persuadir y seducir a la mayoría de los miembros de un auditorio.
El conocimiento de las técnicas que facilitan una mayor congruencia entre el lenguaje verbal y no verbal de la exposición, claves para la mayor credibilidad del ponente y su mensaje
Y nuestro principal objetivo: transmitir que la principal habilidad que debe tener un comunicador es la humildad de saber adaptarse a los verdaderos deseos e inquietudes de su auditorio. ¿El motivo? La clave de una comunicación eficaz se basa, no en lo que el ponente quiera decir, sino en lo que el público asistente desea escuchar