Este libro parte de una visión sociocultural y antropológica de la sordera, alejándose de posiciones clínicas. Incide en la consideración de las personas sordas como una minoría cultural, y por tanto, como cualquier grupo cultural cuenta con su propia lengua, pautas y usos culturales. Desde este enfoque se considera que para las personas sordas la lengua de signos es su primera lengua, y se valora la importancia de una educación bilingüe y bicultural. Pretende servir de guía y de consulta para la docencia y también para la formación de asesores e intérpretes. Es el primer manual en lengua castellana sustentado en una perspectiva sociocultural de la sordera.