Paulo FREIRE, uno de los pedagogos más influyentes del siglo XX, tuvo entre sus focos de atención prioritarios a quienes se encuentran en los márgenes de la sociedad, a las personas que llevan la peor parte en el mundo en que vivimos. Su filosofía educativa se puede condensar en la generación de una conciencia crítica en los seres humanos como base para hacerlos optimistas; en llevarlos a ser conscientes de que se puede transformar la realidad, y es factible vencer el fatalismo que promueven las opciones conservadoras. La pedagogía de Paulo FREIRE es una llamada a la necesidad de la utopía, a la tarea de construir "propuestas de posibilidad", a no conformarse pensando que la realidad fue y es siempre así; algo que propugnan los discursos más conservadores, los del pensamiento único. Sus líneas de acción se basan en la importancia del diálogo, en la necesidad de construir espacios educativos en los que el otro se sienta valorado y aceptado; algo que se convierte en condición indispensable para una educación dialógica en donde la cooperación entre las personas se imponga a las jerarquías. Es preciso recuperar ahora los trabajos y propuestas de Paulo FREIRE, en cuanto suponen de aliento, esperanza y ánimo para no rendirse ante los problemas del presente, sino para afrontarlos. Sus enseñanzas sobre la necesidad de ciertas dosis de indignación y vehemencia en la denuncia de todo lo que impide la liberación es algo que conviene no olvidar y, por tanto, agradecerle. Es éste un libro pequeño en tamaño, pero muy rico en conceptos y análisis, en el que se recogen sus últimos textos; un importante legado para toda la humanidad y en especial para quienes, como él, trabajan en el ámbito de la educación para construir un mundo más justo y democrático y, por consiguiente, sin personas oprimidas ni opresoras.