Las redes de comunicación en tiempo real están configurando los nuevos modos de organización del planeta. Lo que se ha convenido en denominar mundialización/globalización --la primera palabra se declina en todas las lenguas latinas, la segunda es de origen anglosajón-- corre parejo con la fluidez de intercambios y flujos inmateriales y transnacionales. Este pequeño libro se propone inscribir esta nueva fase de la apertura al mundo en la historia de las formas sociales que ha asumido el proceso de internacionalización con el transcurso del tiempo. La generalización de la interconexión de las economías y las sociedades constituye, en efecto, el resultado de un movimiento hacia la integración mundial que comenzó en vísperas del siglo XIX. Pero esta homogeneización de las sociedades es algo inherente a la unificación del campo económico, por lo que su fragmentación constituye su corolario. Esto se debe a que aumenta el desfase entre la razón mercantil y las culturas, entre un sistema tecnocientífico que está generalizándose y el deseo de afirmación de la identidad. Y esa distorsión provoca que el resultado de la marcha de la humanidad hacia la integración aparezca finalmente como un enigma.