Esta obra es el fruto de la investigación realizada por el Cetro para el Estudio de la Familia (Milán), encabezado por Mara Selvini Palazzoli, con un grupo de familias de transacción esquizofrénica, a fin de demostrar la validez de la hipótesis planteada por los modelos cibernético y pragmático de la comunicación humana: la familia es un sistema autocorrectivo, autogobernado por reglas que se constituyen en el tiempo mediante ensayos y errores. La hipótesis mencionada implica en los terapeutas un cambio epistemolígico, que consistiría en el abandono de la visión mecanicista-casual de los fenómenos que ha dominado la ciencia hasta hace poco, para adquirir una visión sistémica. El terapeuta debe ser capaz de considerar a los miembros de la familia como elementos de un circuito de interacción y sin poder unidireccional alguno sobre el conjunto, es decir que cada miembro del grupo familiar actúa sobre el sistema, pero a su vez es influido por las comunicaciones que provienen de él.
Las familias con transacción esquizofrénica sostienen su propio juego a través de marañas de paradojas terapéuticas ad hoc. Si se reflexiona acerca de que en un círculo sistémico cada elemento está inserto e interacciona con su totalidad, las dicotomías orgánico-psíquico o consciente-inconsciente pierden su significado.