Jean Piaget, el célebre psicólogo suizo, nos brinda una nueva muestra de su talento y creatividad. Como a Freud, se le considera uno de los gigantes del pensamiento del siglo XX: a Freud por haber transformado la concepción de la personalidad; a Piaget por haber transformado la concepción de la inteligencia. En Piaget se encuentra la síntesis de dos direcciones mentales comúnmente separadas: el talento para la inquisición rigurosa del biólogo experimental se integra con el genio especulativo del filósofo (Piaget escrbió incluso una novela filosófica). Así, sus sólidas y brillantes construcciones son producto de deducciones realizadas a partir de hechos observados experimentalmente por vía clínica.
Este libro lo escribió Piaget en colaboración con su discípula Barbel Inhelder, quien ya siendo estudiante empezó a trabajar junto al maestro. De la colaboración de ambos han surgido otros tres libros y más de cincuenta artículos.
Producto de estos dos grandes , el libro presenta nuevos hallazgos en el paso de la lógica del niño a la del adolescente y en la descripción de las estructuras formales que marcan el desarrollo operatorio de la inteligencia. Descubrieron esos hechos en un trabajo unitariamente diseñado por ambos autores, y no obstante haberlo realizado por separado, llegaron a resultados últimos espectacularmente convergentes.