La investigación científica de la feminidad es tributaria de la huella profunda que dejaron en la psique los fantasmas y los mitos. El mismo psicoanálisis ha sido, en este punto, víctima de una extraña paradoja: revolucionario por definición, esta doctrina que trastocó el pensamiento moderno no puede, sin embargo, librarse totalmente de una postura mitológica al abordar el problema de la feminidad.
Es mérito de los autores del presente libro -todos ellos fieles al método freudiano de investigación del inconsciente- haber considerado que el movimiento psicoanalítico se iba a beneficiar de la reapertura de este debate. Su esfuerzo se inscribe, precisamente, en la tendencia generalizada en nuestro siglo de sacar el estudio de la feminidad fuera del corsé de los mitos y prejuicios que desde milenios dificulta el acceso a la investigación.