¿Qué impresión causaría a la clase médica que se planificase una reforma de la sanidad sin tener en cuenta el conocimiento disponible y se impusiese por ley recetar fármacos que han caído en desuso por haberse demostrado que son ineficaces o tal vez perjudiciales? ¿Cómo reaccionarían los arquitectos si una ley mandase utilizar materiales o sistemas de construcción que se han ido desechando por considerarse inadecuados o porque se han descubierto otros mejores, aunque sean más caros? Es evidente que los problemas de la educación son otros, pero el hecho de no tratar los distintos componentes de la reforma educativa en conjunto, teniendo en cuenta sus interacciones como un sistema complejo y la necesidad de reconsiderar las relaciones de poder en el sistema educativo, siguen siendo dos elementos clave para explicar el ?predecible fracaso de las reformas educativas?. Aquí no se ofrece la receta para poner en práctica una reforma que consiga lograr sus fines y que esto signifique una mejora para el sistema educativo, pero sí se proporciona una visión de conjunto de las problemáticas que subyacen a las reformas de la enseñanza. Las tesis que S. B. Sarason articula en este libro no han perdido un ápice de sentido trece años después de su primera publicación en inglés. De ahí la importancia de acercar al lector en español a una obra que contribuyó a repensar las perspectivas de los estudios sobre el cambio y que ya se considera clásica porque el paso del tiempo muestra más y más su candente actualidad.