Ofrecemos tres buenas razones para leer este libro y para tenerlo como guía o como punto de referencia, al cual volver para dialogar con él.
La primera razón viene dada por ser un término emergente. Por fin la resiliencia es un concepto del cual no solo hablan algunos expertos sino que ha llegado a la comunidad educativa, a los medios de comunicación y a la sociedad. Es un concepto, una metáfora de las posibilidades que hay que conocer y promover, tanto a nivel personal como comunitario; y más aún en momentos de crisis.
La segunda razón es porque se trata un libro diferente al resto de la literatura existente sobre resiliencia. Aborda los elementos clave que dan sentido a la resiliencia y aquellos que la pueden promover. Ofrece una mirada plural, a través de personas que aportan su reflexión teórica, junto a su experiencia y buenas prácticas que han implementado con éxito para el desarrollo de la resiliencia en diferentes entornos socioeducativos.
La tercera razón es porque todas sus páginas se han pensado para cada lector, para cada lectora. Van encaminadas y dirigidas a ellos y ellas, a su felicidad. Si el término resiliencia nos parece aún demasiado lejano, podemos pensar en nuestra felicidad, porque el camino de la resiliencia es un camino que conduce a ser feliz.