¿Es el lenguaje el resultado exclusivamente del procesamiento de estímulos de carácter lingüístico por parte de un mecanismo de aprendizaje general? ¿O es consecuencia, por el contrario, de la actividad de un "órgano" cerebral que aparece recurrentemente durante el desarrollo por efecto de un programa innato que se pone en marcha desde antes del nacimiento? Y en todo caso, ¿cómo ha podido surgir desde el punto de vista evolutivo, toda vez que parece carecer de continuidad con otros sistemas de comunicación animales? En el presente libro, las siempre controvertidas cuestiones del innatismo lingüístico, de la estructura y el funcionamiento de la cognición humana, y de la evolución del lenguaje se abordan desde el punto de vista ciertamente inhabitual de la biología molecular, analizando de un modo particularmente detallado la arquitectura del programa de desarrollo (en gran parte de naturaleza genética) que parece intervenir en la organización y la actividad de los centros neuronales encargados del procesamiento lingüístico.
Buena parte del libro se dedica, consecuentemente, a la caracterización estructural y funcional de los genes que forman parte de dicho programa, prestando una especial atención a la naturaleza de los trastornos de índole lingüística causados por su mutación. Pero del mismo modo, y con objeto de reevaluar críticamente las diversas hipótesis que, sobre el origen y la evolución del lenguaje, se han venido realizando hasta la fecha, se examina también la historia evolutiva de aquellos genes que parecen haber desempeñado un papel relevante en la aparición del lenguaje en términos filogenéticos.
A pesar de todo, la caracterización del lenguaje que surge de este tipo de análisis biológico del lenguaje casa satisfactoriamente con algunas de las propuestas más recientes que, sobre la naturaleza y la evolución del lenguaje, se han desarrollado en el ámbito de la propia Lingüística, en particular, con las derivadas del Programa Minimalista chomskyano, que conciben esta facultad exclusivamente humana como una consecuencia de la novedosa puesta en contacto de sistemas motrices y cognitivos que contarían con una historia evolutiva más dilatada.