En este número, Kirby se cruza con personajes extravagantes y caprichosos, que pondrán a prueba su paciencia e incluso su cordura. Por ejemplo, Fortune Farraday, hija de un multimillonario que decide huir de su casa antes que casarse con el heredero de otra inmensa fortuna; o Stan el Marcador, viejo conocido del detective, considerado el más famoso Ladrón de joyas del mundo, que antes de morir le confía a Kirby la mitad de una fotografía de la Monna Lisa y una carta, con una extraña misión: encontrarse con una misteriosa mujer en el aeropuerto. Las habituales invitaciones que recibe Kirby a fiestas de la alta sociedad le complicarán la vida en dos ocasiones. Víctima de una apuesta que no puede rehusar, tendrá que intentar localizar a Elise Lamont, una famosa actriz desaparecida en pleno desierto siete años atrás. Y, en un bazar de beneficencia, el apuesto detective despertará el interés de Tutú y Mumú Amour, dos extravagantes hermanas dispuestas a todo con tal de cazar al soltero de oro